Inspirado en la obra expuesta en el Museo Thyssen, Santa Casilda, éste abanico es ligero y vestidor, dando un aire primaveral a los calurosos días de verano.
Anímate a usar éste histórico complemento, he aquí un poco del bello lenguaje del abanico: pasar el abanico por la mejilla significa te quiero, abanicarse muy despacio: estoy cansada, llevarlo en la mano izquierda: quiero conocerte, abanicarse rápidamente: estoy comprometida, abrirlo despacio: espérame, abrirlo con la mano izquierda: ven y ¡habla conmigo!